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JHANA YOGA, el yoga de la meditación

 JHANA YOGA es el yoga clásico, el de los antiguos. Es el que está en el origen de todos los yogas y meditaciones actuales de raíz india. Es el que tiene su práctica fundamental en la meditación sentada .

En sánscrito, YOGA quiere decir "unión", la unión con lo espiritual, y JHANA, "meditación". JHANA YOGA es pues "la meditación del yoga", la práctica de la unión con lo espiritual a través de la meditación.

JHANA YOGA es el reencuentro íntimo con el verdadera naturaleza de la persona, aprendiendo a vivir la existencia tal como es.

JHANA YOGA es la meditación de la plena conciencia, un estado que emerge y se desarrolla desde el momento en que activamos un estado personal de atención plena.


El camino de aprender a vivir la vida tal cual es

JHANA YOGA permite abrirnos a nuestro interior (pensamientos, estados de ánimo, sentimientos y emociones) sin ningún estado mental que nos hagan identificar, rechazar o juzgar los pensamientos que nuestro cerebro va generando incansablemente. Apegarnos a nuestros pensamientos es lo que realmente lastra o proyecta nuestra propia naturaleza condicionando el nuestro comportamiento y nuestra personalidad.

JHANA YOGA es, por tanto, el reencuentro íntimo con el verdadero espíritu de la persona, aprendiendo a vivir la existencia tal como es gracias a la práctica de un estado de especial concentración en el que la mente no busca nada ni ambiciona nada: sólo se es el propio ser en el momento presente.


Los principios del camino del JHANA YOGA

JHANA YOGA es una práctica abierta a todo tipo de personas, y se fundamenta en los siguientes principios:

1. Una postura y una respiración adecuadas, que relajen pero a la vez mantengan despiertos nuestro cuerpo y nuestra mente, que es la base que permite al cuerpo y a la mente entrar en un estado de calma y tranquilidad.

2. Un estado de la mente adecuado a partir de dejar pasar los pensamientos que transcurren por nuestra mente, sin seguirlos, sin bloquearlos, sin juzgarlos, que es el fundamento que permite a la mente liberarse de los bloqueos que provoca nuestra mente.

3. Y un espíritu adecuado de práctica, que no es otro que el no buscar ningún beneficio de nuestra meditación, actitud esencial para que nuestra mente no quede condicionada por la búsqueda de un objetivo o un provecho, que acabaría por bloquearla y, por tanto, haciendo estéril nuestra meditación.